viernes, 23 de febrero de 2018

Reciclaje de la chatarra electrónica



Los objetivos del tratamiento de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos debe ser: reducir la cantidad de residuos y la peligrosidad de sus componentes, y regular la gestión para mejorar la protección ambiental, fomentando su reutilización y su valoración.

Reutilización/Reparación: Siempre que sea posible, debe optarse por la reparación de los aparatos eléctricos y electrónicos. Cuando no lo sea, los equipos serán llevados a una planta de tratamiento, para los procesos de descontaminación, desmontaje, reciclaje y valorización.

Reciclado: En el proceso de reciclaje, los aparatos eléctricos y electrónicos se desmontan y se descontaminan las sustancias peligrosas en caso de que las contengan. El proceso implica la recuperación de materiales como plásticos, metales o vidrio para su posterior reciclado.

Valorización energética: Se trata de buscar otros usos energéticos a los materiales de los aparatos eléctricos y electrónicos.

Eliminación: Implica la eliminación de aparatos o de sus componentes cuando no pueden reutilizarse, reciclarse o usarse para la valorización energética. Es el último paso a seguir en el tratamiento de reducción de residuos.


El proceso del reciclaje se realiza del siguiente modo:

Desmontaje y descontaminación; Las lámparas, baterías, cables y el resto de los componentes eléctricos son eliminados de los aparatos al comienzo del proceso de reciclaje. En la etapa de descontaminación, que debe ser realizada por empresas gestoras de residuos peligrosos y puede ser posterior al desmontaje, se quitan todos los elementos peligrosos, como pueden ser, por ejemplo: aceites, componentes que tengan mercurio, amianto, plásticos que contengan PBB o PBBE, sustancias radioactivas, pilas, tubos de rayos catódicos, condensadores con policlorobifenilos, etc. Si no se pueden reutilizar o reciclar se neutralizan para evitar la contaminación. La mayoría de los residuos de línea blanca contienen cadmio, plomo, derivados bromados, mercurio, cromo hexavalente, baterías de plomo, salinas o alcalinas, etc., que son tóxicos para los seres humanos, animales y plantas y degradan el medio ambiente. Si bien estas sustancias están reguladas actualmente, hay que tener en cuenta que los aparatos antiguos denominados históricos tienen mayor proporción de los elementos peligrosos.

Trituración. Una vez se separan las partes peligrosas, el resto de los residuos se trituran y posteriormente se dividen en cuatro apartados: metales de hierro, otros metales no férreos, vidrios y plásticos.

Uso de los materiales reciclables. 

Los materiales aptos para el reciclaje -metales, plásticos y vidrio-se utilizan para nuevos productos, lo que da lugar a un doble ahorro: energético y de materias primas. La proporción de cada una de ellos dependerá del tipo de aparato de que se trate. Así, por ejemplo, un aparato de línea blanca está constituido principalmente por metales, mientras que en un equipo electrónico de consumo es el plástico su principal componente.  Los metales, ya sean de hierro o no, pueden reciclarse indefinidamente porque nunca pierden sus propiedades. Los metales de hierro reciclados se usan en la industria del acero. Tras la purificación y fundición de los metales que no son de hierro -cobre, estaño, zinc y los metales preciosos como el oro y la plata- se reciclan y sirven para fabricar cables y nuevos componentes eléctricos.
    El vidrio, una vez limpio y triturado, se reutiliza para las pantallas de televisión y ordenador, entre otros usos.
    Los plásticos recuperados se transforman en pequeñas partículas que se limpian y secan, y que a su vez se transforman en gránulos que adquieren un nuevo color. Estos materiales se reutilizan para la industria de los muebles y automóviles




Reciclar en casa

Todos hemos escuchado más de alguna vez las famosas 3R: Reducir, Reutilizar y Reciclar. Pero ¿Qué implican verdaderamente estas acciones...